1. Reforzamiento. Cualquier adición (para aumentar la frecuencia
del comportamiento) o retiro (para aumentar también la frecuencia del
comportamiento) de algún estimulo o artefacto como consecuencia de cualquier
conducta.
Por ejemplo, tu perro se sienta y le das comida
cuando lo hace. Tu perro se sienta cada vez con más frecuencia porque la comida
ha funcionado como reforzador. Esto se conoce como reforzamiento positivo
porque la adición de una consecuencia positiva (comida) aumenta la frecuencia
de la conducta (sentarse).
Ahora imagina que tu perro tiene miedo de la gente.
Una persona se le acerca y él ladra agresivamente. La persona se aleja y tu
perro deja de sentir miedo. Entonces, aprende que ladrando agresivamente puede
hacer que la gente que teme se aleje. Esto se conoce como reforzamiento
negativo porque el retiro de un estímulo aversivo (la gente) aumenta la
frecuencia de la conducta (ladrar agresivamente).
2. Castigo. comportamiento usado para extinguir o anular algún
comportamiento de algún organismo.
Imagina que tu perro se acerca a un extraño al que
no le gustan los perros, y esta persona le da una patada. Entonces, tu perro
aprende a evitar a las personas. Esto se conoce como castigo positivo porque la
adición de algo (la patada) disminuye la frecuencia de la conducta (acercarse a
las personas). Este tipo de castigo no es recomendable en el adiestramiento
porque tiene consecuencias adversas que implican daño físico y/o emocional del
organismo.
Un caso
diferente ocurre si tu perro está jugando contigo al tira y afloja. Tú tiras
del extremo de un trapo, mientras tu perro tira del otro extremo. En su
entusiasmo por morder el trapo, tu perro te muerde la mano por lo que terminas
el juego y te vas. Entonces tu perro aprende a no morderte cuando juegan. Esto
se conoce como castigo negativo, porque el retiro de algo (el juego) disminuye
la frecuencia de la conducta (morder tu mano).
3.
Extinción. Es la
disminución de la frecuencia de una conducta aprendida, que ocurre cuando dicha
conducta no tiene consecuencias. Es decir que dejan de existir las
consecuencias que antes reforzaban la conducta.
Imagina
que cuando tu perro era un cachorro saludaba a las personas saltando sobre
ellas, porque lo acariciaban y jugaban con él. Entonces aprendió que esta es la
manera correcta de saludar a la gente. Un buen día, la gente deja de
acariciarlo y jugar con él cuando salta. En cambio, le dan la espalda y lo
ignoran. Con el tiempo tu perro deja de saltar para saludar a las personas.
Esto ocurre porque la conducta aprendida (saltar sobre las personas) deja de
tener consecuencias reforzantes y, entonces, se produce la extinción de la
conducta.
4.
Discriminación y control por el estímulo. Es el aumento de la frecuencia de una conducta en
presencia de un estímulo, pero no en presencia de otros.
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